Dead Ringers por Sofía Lust
El cineasta canadiense David Cronenberg, es uno de los maestros del “body horror” (horror corporal) por excelencia que se ha encargado de convertirse en un género en sí mismo. Uno de los tantos motivos por los cuales logra perturbarnos por demás es porque sus películas plasman de manera muy acertada, un terror que atormenta al ser humano desde el inicio de su existencia: la perdida de la identidad física y psíquica. Sus películas abordan el desequilibrio mental que se evidencia de forma corpórea a través de la transformación de los cuerpos de sus personajes en una suerte de estilo kafkiano pero de una manera más gráfica. Cronenberg posiciona al cuerpo como un pedazo de carne que sufre, que es capaz de transformarse de las maneras más absurdas e inquietantes, y que puede ser modificado genéticamente para dar como resultado un híbrido. Un cuerpo tan inestable como la psique humana. En el universo de Cronenberg, lo interior y lo exterior, lo real e irreal, la mente y el cuerpo, se disocian y se desdibujan, destruyéndose los límites entre estas dimensiones. Para Cronenberg, la mutación, fenómeno que trata con naturalidad en sus obras, es inherente y necesaria. La “Nueva Carne” es justamente esto, el estado último de sus personajes que, pasando por un proceso de mutación mental y física, se configuran para crear un nuevo ser.
En Pacto de Amor (Dead Ringers – 1988), el cineasta se basa en el caso real de los gemelos Stewart y Cyril Marcus, ginecólogos que ejercían conjuntamente en Nueva York y que tras mostrar un comportamiento extraño fueron separados de su ejercicio de la medicina. La película tiene como protagonista al actor británico Jeremy Irons para encarnar a los gemelos Eliot y Beverly Mantle. Los gemelos se especializan en casos de fertilidad femenina cuando una famosa actriz llamada Claire Niveau, llega a sus vidas para alterar la relación entre los hermanos. Cronenberg trata la temática del doble o doppelgänger, acompañada de una muy perturbadora mutación mental que eventualmente deviene en locura y tragedia.