Reseñas de Rodolfo Santullo sobre películas de terror

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The exorcist (1973)

La mejor película de horror de todos los tiempos. Esta frase alcanzaría y sobraría cómo reseña de este enorme filme donde Friedkin vuelve a despacharse con una obra maestra -que lo parió con Friedkin, donde todo, todo espanta, maravilla y asusta, de manera llana y simple. La joven Regan -Linda Blair, quien nunca repetiría un éxito tal- comienza a comportarse muy raro, para sorpresa de su madre Ellen Burstyn -una actriz de prestigio, personaje y realidad- quién pasará por todos los estudios científicos hasta aceptar la inverosímil realidad: su hija está poseída por un demonio. Entran en acción dos sacerdotes -Padres Merrin y Karras, el enorme Max Von Sydow y Jason Miller- y la batalla entre el bien y el mal, el pecado y la inocencia, está servida. Asusta y estremece cómo pocas películas lo han logrado, escapando a su género y transformándose en una obra maestra del cine a secas.

Jacob’s Ladder (1990)

Sólido thriller psicológico con ribetes de horror sobre veterano de Vietnam (Tim Robbins, derechito) al que comienza a dársele vuelta la vida de repente y se le antoja muy difícil distinguir realidad de delirio. El director Lynne se destapa como un experto creador de climas ominosos (hay una secuencia en un hospital que… mamita!) y el guión a cargo de Bruce Joel Rubin es un prodigio. Amén de todo esto, hay un gran elenco de caras conocidas (Elizabeth Peña, Danny Aiello, Matt Craven, Pruitt Taylor Vince, Jason Alexander, Eriq La Salle, Ving Rhames e incluso un casi bebé Macaulay Culkin) y una historia que no para jamás de construir un clima de pavor permanente.

El espinazo del diablo (2001)

“¿Qué es un fantasma? Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez, un instante de dolor, quizá algo muerto que parece por momentos vivo aún, un sentimiento, suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar.” Con esta frase comienza mi película favorita (hasta ahora) de Guillermo del Toro, una película de terror en un orfanato semi destruido en plena Guerra Civil española, pero que -cómo las buenas historias de terror- habla al mismo tiempo muchísimo más. Los huérfanos del orfanato -hijos de republicanos caídos ante el franquismo- están al cuidado de un viejo doctor (grandísimo Federico Luppi) y una mujer renga (Marisa Paredes) pero a todas las penurias que viven se suma nada menos que un fantasma que deambula por los pabellones y que el muchacho que da una mano (siniestro Eduardo Noriega) cada día es más jodido. ¿Asusta? Más bien que asusta, es tremenda película de terror. Pero en verdad, Del Toro está más interesado en reflexionar sobre la guerra, la pérdida y las ausencias, en un relato que termina por ser conmovedor.

The Blair Witch Project (1999)

Pensada hoy y con todo el horripilante caudal de found footage y mockumentary que ahogó el subgénero después, uno puede olvidar la tremenda experiencia que significó The Blair Witch Project en el momento de su estreno. Una película extremadamente económica, sin actores profesionales, sin casi nada producción, que llegó y revolucionó -por derecho propio- el cine de horror. Tres estudiantes de cine viajan a un bosque en Maryland para filmar un documental sobre una figura histórica del lugar: una bruja. Desaparecen sin dejar rastro, hasta que se encuentra las cámaras que llevaban y la película es aquello que lograron filmar y el horror que encontraron en el bosque. Hay pocas películas que me hayan asustado más que esta, un relato muy inteligente, bien construido y desolador.

In The Mouth of Madness (1994)

Carpenter brillando cómo nunca (bah, brillando a la altura de The Thing, lo que es decir). La historia de un investigador de seguros (Sam Neill, maravilloso) que recibe el encargo de rastrear a Sutter Cane, un escritor de novelas de horror desaparecido (tenebroso Jurgen Prochnow) y al hacerlo se meterá de cabeza en un viaje directo y sin escalas a la locura. Realizando la película más lovecraftiana que existe -y homenajeándola desde el título y personajes, aunque no adapta particularmente nada específico del maestro de Providence- al tiempo que reconociendo a escritores cómo Stephen King (Sutter Cane es una referencia directa), Carpenter revienta el cerebro al más pintado con una trama compleja, devastadora, donde el horror no llega nunca por un sobresalto (que los tiene) sino por la construcción absoluta de la desesperación y el vacío. Personajes inolvidables (aportes varios de Julie Carmen, Charlton Heston, David Warner, John Glover, Bernie Casey) y escenas terribles (ya desde su arranque, con Neill entrando maniatado a un manicomio al grito de “¡No estoy loco!”) construyen una de las mejores películas de horror de la historia.

Oculus (2013)

Todo gira en torno a un espejo, que aparentemente ha existido por lo menos durante los últimos cuatro siglos y en base a las historias superpuestas de un joven y una joven hermanos, de niños y en la actualidad con 21 y 23 años respectivamente, y su infortunada relación con el objeto que está aparentemente maldito. El joven está empezando a salir de problemas que incluyen una institución psiquiátrica, mientras que su hermana supuestamente bien adaptada a la sociedad, parece tener un plan cuidadosamente trazado para investigar y resolver el misterio oculto detrás del espejo en cuestión. Obviamente, meterse con el espejo es mala idea en el presente o en el pasado, cómo lo demuestra la -hasta ahora- obra maestra de Flanagan (un moderno artesano del horror) en un relato redondo, cargado de horror y que se apoya tanto en una buena historia cómo en un entregado elenco que incluye alguna que otra cara conocida (Karen Gillan, Brenton Thwaites, Rory Cochrane y la estupenda Katee Sackhoff).

The Dark Hours (2005)

El aporte curioso de esta selección, este thriller canadiense que pude ver en un Festival de Cine Fantástico organizado en el Cine Universitario, sin idea ninguna de qué iba a ver, y que me sacudió cual derechazo bien dado a la mandíbula. La Dra Samantha Goodman (Kate Greenhouse) es una entregada psiquiatra que viene dando demasiadas horas extra a su labor, por lo que acompañada por su marido y hermana, se retira unos días a la cabaña familiar para descansar en pleno invierno. Mal va a descansar cuando a la cabaña la persiga un paciente, un obseso sexual con tendencias violentas que bastante mal les hará pasar a todos ese tiempo de retiro. Con muy pocos recursos y escenarios -la cabaña- y reducido elenco -cinco en total- el director Fox desarrolla el contundente guión de Wil Zmak en una serie de tensas vueltas de tuerca, secretos y revelaciones que conviene ver sin tener demasiada idea previa. Un hallazgo, sin duda.

The mist (2007)

Nuevamente el talentosísimo Frank Darabont adapta a Stephen King, algo de lo que ha hecho una verdadera costumbre, pero por primera vez en su carrera adapta un relato de horror (algo muy curioso si pensamos que el grueso de la obra de King pertenece a este género). Una inexplicable niebla se cierne sobre un pueblito de Maine y un grupo queda encerrado en un supermercado. En la niebla habitan horrores inimaginables y dentro del super las cosas no son mejor. Con una premisa muy simple pero un tempo tremendo, personajes bien construidos, unas entregadas actuaciones (un elenco tremendo: Thomas Jane, Laurie Holden, Andre Braugher, Toby Jones, William Sadler y, robándose cada escena a dos manos, Marcia Gay Harden), Darabont (y King en su obra original, supongo) propone un análisis de la psiquis humana, un homenaje a HP Lovecraft y uno de los finales más desgarradores de la historia del cine. Debería tener una advertencia tipo «véala bajo su propio riesgo».

Alien (1979)

Una película perfecta. Así de simple. La nave mercante Nostromo sale de su curso para acudir a una extraña llamada de auxilio en un planeta desconocido y la leyenda comienza. Un relato de horror claustrofóbico conocido por todos que revolucionaría el cine de terror y de ciencia ficción, generaría su propia serie de secuelas mejores y peores, literatura, cómics y todo un viaje para la cultura popular. Lo logra con un gran uso de escenarios y diseños (HR Giger, amigos), una mano maestra en el timón (cuando Ridley no le erraba una), un elenco impecable (John Hurt, escalofriante Ian Holm, Yaphet Kotto, Veronica Cartwright, Tom Skerritt, Harry Dean Stanton y una de las mayores heroínas del cine de acción (a partir de esta teniente Ripley) Sigourney Weaver, y un monstruo de esos llegados para quedar para siempre en la memoria del mundo entero, el xenomorfo.

Malefique (2002)

Películas lovecraftianas efectivas no son tantas cómo las que uno podría imaginarse. Por eso, y por mérito propio, es tan bienvenido este film francés de horror, donde un cuarteto de reclusos encuentra escondido en las paredes de su celda un libro arcano y maldito. Y si bien la idea de “magia” resulta casi que risible para este cuarteto de asquerosos delincuentes (Gérald Laroche, Philippe Laudenbach, Clovis Cornillac y Dimitri Rataud) el dato de que el ocupante anterior de la celda desapareciera sin dejar rastro no es menor, por lo que se ponen a trapichear con el libro con los espantosos resultados que todos ustedes pueden imaginar. Horror bien resuelto, en pocos espacios, con mucho ingenio y un gran amor por el espanto que causan los siempre bienvenidos seres cósmicos.

El día de la bestia (1995)

Aunque no su debut, si la película que lanzara a Álex de la Iglesia a la fama. Y con razón. En Madrid, el sacerdote interpretado magníficamente por Álex Angulo lee diferentes señales (entre ellas, un colega aplastado por una cruz) que indican a las claras que en un par de noches allí mismo nacerá nuevamente el Anticristo. Acompañado por un charlatán de TV (Armando de Razza) y un metalero (Santiago Seguro, al que todos amamos a partir de acá) tratará de impedirlo.Comedia salvaje que avanza con la contundencia de un todoterreno y que evoluciona -de manera lenta pero segura- en un filme de franco horror. A diferencia de otras veces, De la Iglesia mantiene firme el timón hasta el final, hasta entregar la que debe ser su obra maestra (o casi, hizo cosas buenísimas después también).

Night of the Living Dead (1968)

Hoy día los zombies tienen harto a cualquiera pero hay que ver cómo pegaron -en el cine de horror y en el cine a secas- cuando con tres mangos y mucho talento George A. Romero se mandó esta tremenda obra maestra. Una pareja de hermanos viaja a visitar la tumba de su madre en un cementerio justo cuando los muertos resuelven volver a la vida (¿o a la no-vida?) con mucha hambre. Un grupo de sobrevivientes se atrinchera en una casa durante una larguísima noche, pero pronto va a quedar claro que los vivos -prejuciosos, mezquinos, egoístas- son bastante más jodidos que los muertos. Reflexión social que es muy digna hija de su época, es también una escalofriante historia de horror que no da respiro. Romero se ganó su entrada al cine mayor por la puerta grande con esta maravilla que no ha envejecido siquiera un día.

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