Pensamiento filmado. Segundo ciclo de Cine y Filosofía en Cine Universitario. Coordinado por la Sección de Filosofía Teórica de la Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación

En el mes de julio tendremos en Cine Universitario el segundo ciclo de Cine y Filosofía coordinado por Sección de Filosofía Teórica de la Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación.

En esta ocasión, la temática será: Folk Terror

Folk Terror, o el horror a lo culturalmente diferente 

Por Álvaro Peláez
No parece haber dudas de que el cine se ha convertido, quizás después de la música, en la forma de arte más omnipresente en la cultura contemporánea.
De entre los diversos géneros, y con independencia de la calidad de sus contenidos, el cine de horror ocupa un lugar preponderante. No hay semana en la que no se estrene alguna película sobre vampiros, fantasmas, zombis, entidades sobrenaturales, personas poseídas por algún demonio necesitadas de un exorcismo, e incluso asesinos dementes.
Como se mencionó al pasar, la calidad de estas películas no es siempre la que uno desearía, lo cual nos ha conducido a pensar muchas veces que el género se encuentra agotado. A pesar de ello, también testificamos que un nuevo capítulo de una vieja zaga, o un nuevo director con renovados bríos, muestra la enorme resiliencia del género. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿qué hay en el cine de horror que, a pesar de sus repeticiones e incluso fracasos provoca todavía que las salas de cine se llenen y se recauden miles de millones de dólares?
Hace ya más de treinta años, el filósofo Noël Carroll, de manera semejante al modo en que Aristóteles nos había enseñado qué había en el diseño de la tragedia que provocaba en el espectador los sentimientos y emociones asociados con ella, propuso que el arte del horror, sea la literatura o el cine, está diseñado para provocar la emoción que llamó “terror artístico” (art-horror). Según Carroll, el terror artístico manifiesta una peculiaridad que encontramos paradójica y que puede formularse bajo la forma de dos preguntas: (1) ¿cómo alguien puede asustarse por lo que sabe que no existe?; y (2) ¿por qué alguien podría estar interesado en el horror, dado que estar horrorizado es un sentimiento desagradable?
Ahora bien, el folk terror, o terror popular o idiosincrático, del que exhibiremos tres películas, manifiesta, además de las paradojas expresadas en las dos preguntas anteriores, una tercera que concierne al horror que pueden producir en nosotros ciertas prácticas exclusivas de otras culturas, no necesariamente alejadas en el tiempo ni en el espacio, aunque sí desde el punto de vista de nuestras propias tradiciones. La pregunta específica que involucra a este género sería: ¿por qué experimentamos terror o repulsión por lo que nos es culturalmente ajeno?

Miércoles 9/7: El hombre de mimbre, Robin Hardy, Reino Unido, 1973, 19:30hs
Miércoles 16/7: The witch, Robert Eggers, Estados Unidos/Canadá, 2015, 19:30hs
Miércoles 23/7: Midsommar, Ari Aster, Estados Unidos/Suecia, 2019, 19:00hs

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